Pomelo gratinado con canela
Dentro de la familia de los cítricos, el pomelo no goza precisamente del mismo reconocimiento que sus congéneres. El sabor amargo echa para atrás a quienes buscan el dulzor de la naranja o la mandarina, o la fresca acidez del limón. Pero, cuando se aprende a apreciarlo, es una fruta muy sana que engancha.
Una manera muy fácil de darle un toque diferente y más apetecible es gratinarlo con especias y un toque de azúcar o miel, sin llegar a los extremos de cierto personaje de dibujos animados. La idea es ayudar a la fruta a caramelizarse con sus propios azúcares, potenciando sus aromas y sacando sus jugos.
Precalentar el gratinador del horno y preparar una bandeja o fuente. Lavar y secar bien el pomelo.
Cortar en dos mitades y, con un cuchillo puntilla o pequeño de hoja afilada, marcar ligeramente la pulpa alrededor de la piel, y cada uno de los segmentos. No queremos cortarlos, solo facilitar después su consumo.
Pintar con mantequilla, espolvorear con azúcar moreno y las especias al gusto. Colocar en la bandeja y gratinar durante unos 5-10 minutos, hasta que borbotee y se haya oscurecido.
El tiempo dependerá del tipo de horno, el punto de la fruta y el gusto, así que conviene estar vigilando la puerta del horno en todo momento. Retirar y servir con una cuchara.
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