Personajes bíblicos que sufrieron Depresión

La depresión en la actualidad es un espíritu que busca atacar a cualquiera, e incluso ha llegado a estar dentro de las iglesias.

Y aunque seamos cristianos, no estamos exentos de tener algún momento de depresión, la diferencia está en no quedarse estancado allí.

En la Biblia como tal no hay un concepto que la avale o que diga explícitamente que hubo “depresión”, pero por los síntomas de varios personajes hoy los presento para que puedas ver que incluso a personas que marcaron la historia sufrieron por ella pero la vencieron.

  • David:

El joven rey David fue un muchacho muy despreciado por su familia, subestimado por su apariencia y su capacidad de poder hacer alguna tarea que resultara buena, por tal aspecto fue el encargado de cuidar de las ovejas y ser “la burla” de su familia por no ser como sus hermanos mayores.

“¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” – Salmos 42:11.

  • Elías:

El profeta Elías tuvo un tiempo de angustia donde huyó por causa de las amenazas de muerte que recibió de la reina Jezabel, y aunque éste se enfrentó a los profetas de Baal con éxito y logró obtener buenos resultados, no fue limitante para que Elías viviera tiempos de angustia deseando morir para ya no vivir de esa manera.

“Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres” – 1 Reyes 19:4.

  • Jonás:

Este hombre es muestra de que ese nivel de tristeza no vino de una experiencia personal sino también del enojo por algo acontecido, Jonás se enfureció al ver que Dios había perdonado al pueblo de Nínive  y por tal causa quiso morir.

“Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó…” – Jonás 4:1.

  • Noemí:

Perder a un ser querido es algo terrible pero perder a toda tu familia es una tragedia, a Noemí le tocó vivir la pérdida de su esposo y de sus hijos mientras estaba como extranjera en otra región. Por causa de esta perdida, ella cambió nombre a Mara, que significa “amarga”, ya que Noemí significa “dulce” y no era precisamente la definición que mejor le quedaba por lo sucedido, pues amarga era como se sentía.

“Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso” – Rut 1:20.

La depresión formó parte del proceso de aprendizaje de una etapa de sus vidas, y su constancia para vencer esos sentimientos los caracterizó al punto de haber marcado un antes y un después en la historia, enseñándonos que nos puede pasar a todos pero que debe ser solo un momento pasajero si pedimos que la esperanza que es Jesús venga a nuestros corazones.

“Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán” – Job 14:7.

 

Fuente: www.bibliatodo.com