Cómo hacer magdalenas sin gluten
El sabor y la textura de unas magdalenas tradicionales no se puede comparar con ningún otro producto de repostería. Por mucho que tengan una forma similar -se usa el mismo molde, tiene sentido-, no tienen nada que ver con muffins o cupcakes, ni tampoco con las madeleines francesas.
En realidad todos tenemos una idea clara en mente de cómo debe ser una magdalena con el sabor de siempre, porque siguen ligadas a recuerdos de infancia, al calor del hogar, a meriendas y desayunos con bigotes de leche. Por eso, aunque sean un capricho ocasional, también los celíacos y los intolerantes a la lactosa merecen poder disfrutar de magdalenas sin gluten de vez en cuando.
Afotunadamente, no resulta complicado sustituir la harina de trigo y los lácteos en una buena receta de magdalenas, sin perder sabor o textura. En esta versión usamos una mezcla de harina de arroz y almidón de maíz (maizena), que además facilitan obtener una miga esponjosa y suave. La clave, como siempre, está en el batido de los huevos, y un ligero reposo que ayudará al levado.
Si es posible, partiremos de ingredientes a temperatura ambiente, aunque no es estrictamente necesario en esta receta. Comenzar batiendo con batidora de varillas los huevos con el azúcar en un recipiente hondo, durante, por lo menos, cuatro o cinco minutos.
La mezcla tiene que casi triplicar el volumen inicial y mostrarse esponjosa y pálida. Añadir entonces la leche, el aceite y la ralladura de limón, y batir un par de minutos más.
Incorporar las harinas, la levadura y la sal con la canela opcional. Batir a velocidad baja lo justo para tener una masa totalmente homogénea, sin grumos ni rastros secos. Tapar con un paño y dejar reposar, como mínimo, media hora. En la nevera si va a ser más tiempo.
Precalentar el horno a 220ºC y preparar una bandeja de magdalenas o muffins con 12 cápsulas, o simplemente engrasar con aceite. Dependiendo del tamaño podremos hacer 12-15 unidades. Llenar cada cavidad dejando un dedo de espacio por arriba, y añadir azúcar si se desea obtener una costra.
Hornear bajando la temperatura a 200ºC, durante unos 15 minutos. Vigilar hacia el final del tiempo para evitar que se quemen. Esperar un par de minutos fuera del horno antes de desmoldar con cuidado y dejar sobre una rejilla. Si las hemos horneado sin cápsula, habrá que esperar un poco más para desmoldar.
Fuente: Directoalpaladar.com