Mitos y verdades sobre cómo resucitar un móvil mojado

Los teléfonos móviles evolucionan y tienden a buscar, aunque no siempre, una mayor durabilidad, facilitar la vida a sus respectivos dueños. Como el caso de la protección contra polvo y agua, cada más instaurada pero aún no normalizada y que no busca otra cosa que prevenir esos pequeños infartos que sufrimos cada vez que el móvil cae al agua, o cuando algo se derrama sobre él.

Olvida la garantía

Porque si hay algo que ocurre casi automáticamente cuando un móvil mojado llega a un servicio técnico es que se rechaza la reparación gratuita. La garantía no cubre los daños por agua ni en los móviles que supuestamente son resistentes a ella. Una vez el líquido elemental sobrepasa el sellado del teléfono, a aflojar la cartera para una reparación. O a comprar un móvil nuevo que trataremos de alejar al máximo del agua.

Además, un móvil dañado por agua es difícil de ocultar. Ocurre que en el interior de los teléfonos móviles hay un chivato, un mecanismo, que suele ser una pegatina y que en el pasado era una suerte de pastilla de tejido, que cambia de color cuando entra en contacto con el agua. Es así de sencillo. Si la pegatina ha cambiado de color te puedes despedir de la reparación gratuita. Anulación automática de la garantía.

El método del arroz

Independientemente de ciertos chistes con tintes racistas que rodean al método del arroz, la realidad es que funciona siempre que la inundación interna del móvil no sea demasiado severa, o que lo cacemos a tiempo. Porque si hay dos enemigos del móvil en el momento de la inmersión, ésos son los cortocircuitos y la corrosión. La primera se soluciona apagando el móvil de inmediato, la segunda retirando el agua lo más rápidamente posible y cruzando los dedos.

Por eso en estos casos es importante distinguir entre caídas al agua normal (el grifo, una fuente, un río) y al agua salada. Esta última es extremadamente perniciosa para el futuro de nuestro teléfono móvil pues produce corrosión de forma casi inmediata. El agua salada, como el agua de mar, deteriora la joyería, borra el tintado de los trajes de bajo y, claro está, aniquila dispositivos electrónicos. Si el teléfono cae en agua salada deberemos volver a sumergirlo en agua del grifo para hacer desaparecer la sal. Después podremos continuar.

El arroz puede funcionar pero la arena para gatos es más efectiva. Mejor sílice que cereales.

El alcohol salvador

Otro método que funciona con bastante efectividad es el del alcohol salvador, el alcohol que solemos tener en el botiquín de casa o, en caso de urgencia, podemos comprar en una farmacia cercana. Pese a que pueda parecer absurdo, sumergir el móvil puede salvarlo de una inmersión, y eso es gracias al alcohol de 70º, de 95º o al isopropílico, que encontramos con una pureza de hasta el 99%.

El alcohol, que se evapora sin dejar rastro en el teléfono, también se lleva el agua consigo

Salvar un móvil del agua es difícil pero no imposible, y siempre dependerá de hasta qué punto ha entrado el agua en el interior del terminal. Como hemos comentado tantas otras veces, que un móvil sea «sumergible» gracias a sus certificaciones no significa nada. Estos sellos se deterioran y el agua puede acabar con cualquier dispositivo eléctrico.

FUENTE: www.xatakamovil.com