El pariente del tiranosaurio descubierto por un estudiante de secundaria

Sterling Nebitt tenía dieciséis años cuando encontró un conjunto de huesos fósiles que han resultado pertenecer a un pariente pequeño del Tyrannosaurus rex.

Sterling Nesbitt era un estudiante de secundaria de dieciséis años cuando participó como ayudante en unas excavaciones lideradas por el paleontólogo Doug Wolfe, en la cuenca del Zuni, en Nuevo México. Para el joven, enamorado desde pequeño de la paleontología, era una oportunidad de oro para comenzar a iniciarse en ella. Y sin duda tuvo un gran comienzo, pues durante la expedición se convirtió en el descubridor de un conjunto de huesos fósiles que entonces no llamaron mucho la atención de los científicos, pero que con el tiempo han mostrado pertenecer a un nuevo dinosaurio, emparentado con el mismísimo Tyrannosaurus rex.

El hallazgo ha sido descrito hoy mismo, en una publicación Nature Ecology & Evolution, firmada tanto por Wolfe como por aquel adolescente, hoy investigador de Virginia Tech.

Virginia Tech

Un tiranosaurio pequeñito

El dinosaurio ha sido bautizado como Suskityrannus hazelae, a partir de tres palabras: “suski”, “tyrannus” y “Hazel”. La primera significa “coyote” en la lengua de una tribu de las región en la que se encontró, mientras que la segunda hace referencia al término “rey”, igual que tiranosaurio, y la última es un homenaje a Hazel Wolfe, sin cuyo apoyo no habrían podido llevarse a cabo las expediciones de la cuenca del Zuni . Se sabe que el ejemplar hallado murió aproximadamente con tres años de edad, en algún momento del Cretácico, hace 92 millones de años. Medía aproximadamente un metro de altura desde la cadera y no llegaba a los tres metros de largo. Además, se calcula que pesaba entre 20 y 40 kilos, aproximadamente como un pastor alemán.

Por eso, finalmente se comenzó a observar que tanto los huesos hallados por Nesbitt como el cráneo parcial encontrado un año antes por el geólogo Robert Denton en una excavación liderada también por Wolfe pertenecían a otra de esas pequeñas especies emparentadas con el rey de los dinosaurios. No se han podido encontrar sus patas delanteras, pero sí algunos huesos de las traseras, el cráneo, las garras, la columna vertebral y algunas otras señas sobre su identidad.
El estudio publicado hoy pone final a veinte años de investigación que empezaron con la curiosidad de un joven que quería ser paleontólogo y finalizaron con el trabajo de un científico, que hoy enseña a cientos de alumnos cómo era nuestro planeta, millones de años antes de que los primeros seres humanos caminaran sobre él. Es maravilloso que ambos sean la misma persona.

 

FUENTE: https://hipertextual.com